martes, 23 de octubre de 2007

Carta de la CPP a la militancia del Partido Socialista con motivo del II Aniversario

Compañeras y compañeros del Partido Socialista:

Hace dos años, un 15 de octubre como hoy, el plenario del Congreso de Fundación de nuestro partido aprobaba su creación, luego de muchos debates que empezaban un esfuerzo para la realización de nuestros objetivos revolucionarios.
Fruto de la confluencia de diversas corrientes de pensamiento, unidas bajo el ideal común del socialismo plural y dialogante y en el marco de un común aliento para la construcción de una sociedad justa, solidaria, fraterna, antitesis del modelo capitalista, nuestro partido inició su marcha bajo los mejores auspicios.
Somos una organización joven, nueva en la sociedad peruana, en el ámbito latinoamericano. Esta novedad no es solo del nombre, es la novedad de quienes tenemos claro que se trata de ser creadores, como dijera el amauta José Carlos Mariátegui, bebiendo de las raíces de nuestra tierra, pero asimismo de la historia que vivimos hoy, respondiendo a los desafíos del presente, reconociendo a los nuevos actores sociales, señalando al futuro con bríos y lenguajes que se adecuen a las expectativas de nuestro pueblo sediento de justicia, democracia auténtica y paz.
Durante estos dos años, el Partido Socialista ha iniciado un proceso de inserción en la vida política y en el terreno de la confrontación al sistema capitalista y la ideología neoliberal que lo sostiene, por la vía del trabajo en el seno del pueblo y la vía electoral.
Los resultados han sido adversos en muchos momentos, y en algunos de ellos nos pueden haber parecido particularmente sensibles. Sin embargo, creemos firmemente que el proceso apenas empieza. Una organización joven, que combina militancia experimentada y proveniente de otras organizaciones, con gente que se asoma a la vida política, no puede suponer que dos años de actividad signifiquen resultados definitivos.
Una organización es un conjunto de personas que, con ideales y principios comunes, colaboran entre ellas de manera ordenada y disciplinada para alcanzar objetivos también comunes. Como organización política, tenemos claros y vigentes los objetivos de democracia radical que nos congregan, tenemos claros los ideales de justicia, de acceso para todos – ¡ahora! – a niveles de calidad de vida suficientes para el pueblo, de desarrollo sustentable y defensa del territorio ante las agresiones del capital multinacional y sus lacayos de la derecha en el país, de equidad entre hombres y mujeres, de armonía entre todas las culturas y naciones que convivimos en nuestra tierra, de cuidado y conservación y protección del ambiente, de lucha – en fin – por un modelo de desarrollo nuestro y a la altura de las expectativas realistas que nuestro pueblo conoce. A ese objetivo, profundamente posible, le llamamos socialismo.
La vida nos ofrece la oportunidad, hoy, de reiniciar el camino. Los reveses son parte de la construcción de una organización que aprende también de ellos, para no volver a cometer los mismos errores. Obedeciendo al mandato de la historia que resuena desde las raíces de nuestro pasado prehispánico y se confunde en las voces de los marginados y oprimidos del presente.
Eso significa que debemos retomar la lucha abierta en el sentido de los reclamos del pueblo que, en cada rincón del país, lleva adelante su propia batalla contra la agresión del gran capital monopólico, el mismo que se apoya en el gobierno de turno, siempre vendido a las fuerzas oscuras y manipuladas del mercado global.
Lucha que implica una vuelta con fuerza del partido socialista al seno del pueblo, en cada espacio en el que los intereses de las mayorías – su derecho a vivir bien – se encuentren amenazados e hipotecados. Una lucha que si bien combate al gran capital y sus sirvientes, también debe presentarse con alternativas y visión de futuro socialistas.
Se trata de construir partido para la revolución. Revolución que se desarrolla en cada momento en el que el pueblo defiende sus derechos y quiere hacer oír sus reclamos y propone sus alternativas. Una revolución pausada, pero segura, que hermana al Partido Socialista con las organizaciones del pueblo y con todos aquellos que, desde alguna trinchera de combate, confrontan a las uñas afiladas del gran depredador capitalista. Una revolución que se hermana con las luchas de todos los pueblos de la Tierra por una nueva sociedad, sustentada en un modelo de desarrollo alternativo al que hoy hegemoniza y controla el mundo para volver mercancía hasta el aire que respiramos.
Como siempre pero como nunca antes, afirmamos que el presente es de lucha. Como siempre, porque somos la continuidad de las grandes batallas de nuestro pueblo y los pueblos del mundo para su liberación; y como nunca antes, porque las fuerzas oscuras del capital monopólico se han agrupado y se han fortalecido hasta el punto de que hoy, incluso, amenazan con su codicia la misma supervivencia del planeta.
Hoy, el gran capital monopólico controla grandes empresas que avasallan la energía, la circulación de las personas, que tratan de controlar las fuentes de alimentos y que ya controlan a casi todos los medios de comunicación. La dictadura que soñaba el fascismo se instaura lentamente y lo hace usando como estandarte palabras como libertad y democracia, amputadas de su verdadero sentido.
He allí el gran desafío de nuestro tiempo. Y nada nos debe detener en el camino de fortalecer las metas del pueblo, de compartir sus batallas y desarrollar y preparar – organizando y trabajando políticamente – el futuro de esperanza que se sostiene en la necesidad de un socialismo renovado y plural, para ser felices todos.
Porque es tarea de los socialistas construir la felicidad de las mayorías populares y de todos, en justicia y sin exclusión. Y si en ello nos va la sangre, así será.
El Partido Socialista apenas empieza. Y cara a unas elecciones internas, por el mecanismo de un militante un voto, confiamos en la decisión sincera y la voluntad firme de nuestra militancia para que sepa optar por un camino que esté a la altura del momento decisivo que le toca vivir a nuestro pueblo y de la alta responsabilidad que asumimos todos al participar de la vida política, organizadamente.
En ese espíritu, expresemos entre todos socialistas los fraternos saludos revolucionarios por los dos años cumplidos y la renovación permanente de los ideales y principios que nos unen.

¡Viva el partido Socialista! ¡Kausachum Partido Socialista!
¡Kachkaniraqmi socialistas!


15 de octubre de 2007

Comisión Política Provisional - CPP

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